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Cómo hicimos Gourmet: Números

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El cortometraje #Gourmet fue ideado en la sobremesa de un sábado lluvioso en Santiago de Compostela, pero no fue hasta la mañana siguiente cuando decidimos en qué fechas lo grabaríamos. Si habíamos sido capaces de idearlo en una tarde y nos habíamos marcado el reto de rodarlo en tan solo dos días ¿por qué no grabarlo el siguiente fin de semana?


Al principio, todo hay que decirlo, hasta a nosotros nos pareció un poco locura. Es cierto que el guión y los personajes los teníamos claros pero también es cierto que, aunque íbamos a trabajar sobre una producción absolutamente #LowCost, había muchas cosas que organizar y teníamos sólo cinco o seis días para hacerlo. Había muchos números que hacer.

Pero si hay que ser sinceros, que de eso se trata, no hicimos los números antes de tomar la decisión, sino después. La decisión la tomamos en apenas 10 segundos. El tiempo que tardamos en mirarnos a la cara los dos y, con una sonrisa de oreja a oreja, decirnos ¿Y por qué no?

No vamos a engañaros. Fue una semana de mucho y muy intenso trabajo que comenzó esa misma tarde de domingo, con un primer balance de los medios con los que contábamos para rodar. Los días elegidos para el rodaje quedaron marcados en rojo en la agenda de Manuel y, a partir de ese momento, consideramos que el cortometraje #Gourmet haba comenzado a “andar”. Los días elegidos para el rodaje -sobre todo para que los historiadores del cine lo puedan tener claro- fueron el sábado 15 y el domingo16 de febrero de 2014. 

CREATIVIDAD

La creatividad tendría que suplir los escasos medios técnicos con los que contábamos y el breve plazo de tiempo que nos habíamos marcado. Aunque pueda parecer lo contrario, el tener tan pocos días para prepararlo nos ayudó mucho a priorizar nuestros esfuerzos. A centrarnos en lo que realmente queríamos contar.

Equipo había el que había. Es decir, para la cámara de rodaje disponíamos de una JVC 100 HD que graba en 720 P. Y para el sonido contábamos con un micrófono de solapa AKG Lavalier, que hizo las veces de micro ambiente y de micro de solapa. La parte técnica quedó resuelta en un momento. Ambos estuvimos de acuerdo en rodar con el material del que disponíamos, así que fue una decisión rápida.

Las localizaciones ya las habíamos resuelto el día anterior: el salón y la buhardilla del piso de Marcos en Santiago. Y en cuanto al atrezo contábamos con una pequeña cámara digital y un ordenador de sobremesa, así como con los fogones y el equipamiento de cocina del propio piso. El tema del vestuario parecía sencillo, así que lo podríamos solucionar buceando bien en nuestros respectivos armarios y en los de la familia. Lo esencial estaba listo, o eso nos parecía en ese momento.

A lo largo de la semana fuimos resolviendo, como es lógico, muchos de los problemas con los que nos fuimos encontrando. Por ejemplo, ante la falta de material de iluminación decidimos "jugar" con la luz natural, pensando en cómo rebotarla en los diferentes espacios en los que grabaríamos. La verdad es que apenas teníamos uno o dos aparatos de iluminación, así que había que recurrir a la creatividad.

La imaginación fue la gran compañera de viaje de esa semana previa al rodaje. Así, por ejemplo, ante la ausencia de trípode improvisamos uno con una escoba del revés y un poco de tela y cinta americana.  De esa forma logramos contar con una base de un solo pie para tener un punto de apoyo y que las imágenes ganaran en estabilidad.

Durante la semana el trabajo estuvo muy repartido y, mientras por un lado acabábamos de cerrar el guión completamente, por otro lado íbamos esbozando planos. Para ello, Marcos realizó una serie de dibujos técnicamente muy originales que nos permitieron tener claro, desde el principio, qué era lo que necesitábamos.

Otro aspecto importante, más en un corto titulado #Gourmet, fue el de las recetas que íbamos a utilizar. Ninguno de los dos era un experto “cocinillas”, así que hubo que buscar consejo en San Google y entre la familia y amigos para encontrar platos que resultasen vistosos pero que, al tiempo, no tuviesen un nivel de dificultad demasiado grande y que, sobre todo, se adaptasen también a nuestro presupuesto de producción #LowCost. Ademas, también era importante que estuvieran sabrosos porque no sólo iban a servir de atrezo, sino también de catering para nosotros.

Y así pasamos la semana: esbozando planos, comprobando el equipo, reforzando el guión, buscando recetas, trabajando en los personajes, inventando soluciones técnicas,…Todo hasta llegar al fin de semana señalado donde, como ya os contaremos, todo fue coser y cantar.

Bueno, más bien cocinar y rodar…


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